sábado, 18 de junio de 2016

Aventura de un domingo cualquiera del mes de mayo


Por: Jean Carlos Jaquez
Correo: jjaquezsanchez@gmail.com

Río Masipedro.

Era un caluroso domingo del mes de mayo, un mes que se caracteriza por la lluvia que cae todos los días, por lo que se considera un poco más fresco que otros meses a la llegada del verano.

Ese día un grupo de amigos y yo estábamos por los alrededores de Santo Domingo Oeste sentados bajo un árbol tratando de tomar aire, el cual estaba escaso ese domingo.

Conversábamos sobre la situación calurosa que afrontábamos, se discutía por ir a un lugar acuático que no esté muy lejos de la ciudad, entonces se decidió por emprender un viaje a las frescas aguas del Río Masipedro en la provincia de Bonao que está a unos 45 minutos de la ciudad.

Unos shorts, lentes, toallas y sandalias eran lo que llevaba cada quien, se encendió el vehículo e inmediatamente inició el viaje. En el transcurso del camino íbamos apreciando el verde panorama que adorna la Autopista Duarte a ritmo de la salsa "La Rueda" de Frankie Ruiz.

Al entrar a la montaña donde queda el río, bajamos los cristales del vehículo para respirar el aire puro y fresco del campo, mientras se contemplaba el hermoso paisaje de esos alrededores y las personas que habitan por ahí.

Cuando llegamos a masipedro, se acercan los buhoneros ofreciendo sus sus productos gastronómicos para el que quiera consumir, algunos estaban hambrientos y decidieron pasar por las casetas a degustar.

Una mesa y sillas fueron ubicadas en la orilla del río donde nos sentamos un rato mientras nuestros pies estaban sumergidos en esas frías aguas, minutos después entramos a refrescarnos para combatir el calor que hacía en la ciudad.

Mediante fotos, historias y carcajadas pasamos un rato agradable dentro del agua mientras iba transcurriendo la tarde, pero el clima amenazaba con dañar el momento.

Derrepente el cielo se tornó totalmente gris y comenzó a llover fuertemente, las personas que daban servicio en ella río evacuaron inmediatamente a todos los que estaban dentro del agua, ya que este río baja con una corriente muy agresiva llevándose todo a su paso cuando cae mucha lluvia.

Al instante de salir del río el agua se puso turbia, nos dirigimos al vehículo para secarnos y dirigirnos a nuestros hogares ya que el clima se ponía peor al pasar los minutos.

Cuando entramos al vehículo resultó que la llave se había mojado accidentalmente y no quería encender, la lluvia se ponía más agresiva cada vez y se comenzaba sentir el pavor en todos ya que la alarma estaba sonando y solo paraba con la llave la cual se había desprogramado por el agua que le entró. Se temía que se descargue la batería ya por esos lados no resuelven esos tipos de problemas técnicos y había que improvisar para solucionar el problema.

Uno de los muchachos que andaba tenía un poco de conocimiento de como encender la montura en caso de que pase esa situación. Abrieron el bonete, quitaron la batería para que no se descargara y buscaron un botón de emergencia que tienen esos vehículos en caso de que pase esa situación. 

El vehículo finalmente encendió al presionar el botón, nos montamos y nos dirigimos a nuestros hogares con un gran susto que al final terminó siendo el tema para las risas del camino a casa. 

Fue una travesía improvisada que nos dejó cansados, pero que quedará grabada siempre para recordarla cuando nos reunamos nuevamente.













No hay comentarios.:

Publicar un comentario